Correlación de antiguas especies animales y vegetales entre continentes actualmente separados. |
Wegener no encontró un mecanismo para explicar la deriva de los continentes. Tampoco fue el primero en imaginar la téctónica de placas, pues por ejemplo el geógrafo Abraham Ortelius, nada menos que en 1587, ya había sugerido que Sudamérica y Africa estuvieron unidos en un pasado remoto. Su mérito, como el de muchos científicos de renombre, fue reunir toda la evidencia multidisciplinar posible en su época para sostener de forma convincente su hipótesis. Su teoría a disfrutar del consenso entre geofísicos y geólogos hasta el descubrimiento de las alineaciones topográficas (el trabajo de Marie Tharp en 1957), la concentración de sismos y alineaciones magnéticas (descritos por Vine y Morley en 1963) en el centro del Océano Atlántico. Wegener ya no pudo disfrutarlo. Pero todo encajaba: las alineaciones quedaban grabadas en las dorsales oceánicas durante su expansión, reflejada en la actividad sísmica. El desarrollo de medidas del campo magnético grabado en las rocas ha permitido reconstruir la posición de los continentes a lo largo del tiempo geológico y desarrollar la moderna teoría de la tectónica de placas. Hoy la teoría de la tectónica de placas es aceptada por la inmensa mayoría de la comunidad geocientífica, apoyada por infinidad de otras evidencias, y es la base sobre la que se asienta la mayoría de los estudios de lo que ocurre en la Tierra en escalas de tiempo de millones de años.
Wegener y el esquimal Rasmus Villumsen en una de sus últimas fotografías. Groenlandia, 1930. (Fuente: Alfred Wegener Institute). |
[Hay una entrada sobre Wegener en Amazings sobre el centenario de la deriva continental, por Marcos A. Castro: Sobre Alfred Wegener en el centenario de la teoría de la deriva continental]
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