Recreación artística del proceso de relleno del Mediterráneo [Imagen: Roger Pibernat; licencia: CC-BY] |
Este último año, hemos estudiado un valle excavado en el fondo del mar, que cruza el estrecho de Oeste a Este, cubierto por algunos cientos de metros de sedimento acumulados durante los últimos 5 millones de años. Hasta ahora, este valle había sido interpretado como una de esas gargantas fluviales excavadas durante la desecación del Mediterráneo, como ocurrió en la desembocadura del Ebro, del Nilo o del Ródano. Hemos questionado esta interpretación porque requeriría la presencia (improbable) de un gran río en la zona del estrecho y porque además la erosión se observa en las dos vertientes (atlántica y mediterránea) del estrecho. En cambio, hemos encontrado evidencias que sugieren que la erosión pudo ser producida por la inundación que reconectó el Atlantico con el Mediterráneo. El estudio ahora publicado (Garcia-Castellanos et al., Nature, 2009; pdf aquí) muestra que cuando las aguas del Atlántico empezaron a reinundar el Mediterráneo a través del estrecho, el desnivel entre ambos mares hizo que el agua entrante produjera una rápida erosión, profundizando su propio cauce y desencadenando la mayor y más abrupta inundación que conocemos en la Tierra. El valle erosivo que dejó este proceso en el fondo marino tiene al menos 200 km de longitud, unos 8 km de anchura y varios cientos de metros de profundidad. De forma parecida a este video, la erosión se propagó corriente arriba, explicando porqué sus efectos se ven decenas de kilómetros al oeste del estrecho, en el Golfo de Cádiz.
La retroalimentación entre el caudal de agua entrante y el tamaño del canal de entrada agrandado por la erosión desembocó en flujos de hasta 1000 veces el actual río Amazonas. Según los cálculos de ese estudio, el Mediterráneo pudo llenarse en tan sólo 2 años, a un ritmo de hasta 10 metros diarios.